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Amar la vida (Wit) (Agudeza)

  • Foto del escritor: Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
    Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
  • 30 oct 2024
  • 5 Min. de lectura

Vivian Bearing, doctora en filosofía, especialista en poesía inglesa del siglo XVII; Dr. Harvey Kelekian, médico oncólogo que atiende a Vivian; Susie Monahan, enfermera en el hospital, asignada a Vivian; Dr. Jason Posner, joven médico especialista, integrante del equipo del Dr. Kelekian; John Donne, poeta metafísico inglés (ficción).

 

Vivian, ama la poesía desde temprana edad.

 

Su padre le inculcó desde muy pequeña el gusto por la lectura.

 

Con el tiempo, ella desarrolló afinidad especial por los poetas de su patria, especialmente los del siglo XVII y, muy particularmente, por los llamados poetas metafísicos.

 

En la universidad, Vivian imparte una cátedra sobre John Donne, el máximo exponente de esa generación de poetas. Vivian desempeña dicha asignatura, con un alto índice de exigencia profesional y, así la impone a todos y cada uno de sus alumnos.

 

Sus discípulos aprecian su agudeza, ingenio, conocimiento y compromiso.

 

Pero, padecen su severidad y, en extremo, su intransigencia.

 

Ante síntomas que ella atribuye a la tensión de su actividad profesional, acude a atención médica (de rutina, piensa). No obstante, al poco tiempo, es canalizada con el Dr. Harvey Kelekian, reconocido oncólogo, el cual después de los estudios correspondientes, le hace saber, de manera por demás cruda y directa, que padece un cáncer terminal. Asimismo, le indica, que el tratamiento (si decide acogerse) es de carácter experimental y, por tanto, las esperanzas de éxito (salvar su existencia) son pocas.

 

Para Vivian, la vida da un giro de ciento ochenta grados, que la lleva de la noche a la mañana, de las sutilezas y profundidades de la poesía de John Donne, a enfrentar las vicisitudes de un duro tratamiento médico y, peor aún, a sufrir la insensibilidad de algunos integrantes del sistema de salud.

 

Por azares del destino, se reencuentra con Jason Posner, quien fue su alumno en alguna época y, ahora, es el miembro más destacado del equipo médico que encabeza el Dr. Kelekian.

 

El Dr. Kelekian, el Dr. Posner y en general, todo el equipo médico alrededor de Vivian, están altamente complacidos con las enseñanzas médicas que les está dejando el tratamiento. Están ensimismados, y se les ha olvidado la persona, el ser humano, el alma del ser humano que habita en Vivian.

 

Todos en el hospital atienden sus actividades de manera diligente y cuidadosa, pero de una manera metódica y sin desarrollar empatía con los pacientes.

 

Sólo Susie Monahan, una de las enfermeras que le atienden, muestra un rostro humano, procura a Vivian con bondad y se convierte en su confidente. Vivian, presintiendo el umbral de la muerte, le confiesa:

 

“… No logro entender las cosas… estoy en un dilema donde tengo dudas…estoy asustada… … ya no me siento segura de mi misma… antes me sentía segura…no están matando el cáncer… nunca creyeron que lo matarían…”

 

Película estrenada en 2001, dirigida por Mike Nichols, y con las actuaciones estelares de Emma Thompson, Christopher Lloyd, Audra McDonald y Jonathan M. Woodward.

 

Galardonada en la 53 entrega de los Premios Emmy (2000), en la categoría de Mejor película y en la categoría de Mejor Dirección (para Mike Nichols).

 

 


Seguro de Vida (realidad)

 

El contrato de seguro de vida es un contrato de adhesión y de buena fe.

 

Las aseguradoras, en términos generales, por virtud de este tipo de contrato se obligan a cubrir una indemnización a los beneficiarios señalados en la póliza respectiva, cuando ocurra la eventualidad del fallecimiento del asegurado.

 

Como todo contrato tiene sus propias particularidades técnicas y, desde luego, como reza el anuncio: “aplican restricciones”.

 

Este contrato se inscribe en el apartado de Contrato de Seguro sobre las Personas, en el Título III de la Ley Sobre el Contrato de Seguro (LSCS).

 

Al respecto, podemos leer en sus artículos 189 y 190, lo siguiente:

 

Artículo 189.- Aun cuando renuncien a la herencia los descendientes, cónyuge supérstite, padres, abuelos o hermanos del asegurado, que sean beneficiarios, adquirirán los derechos del seguro.

 

El tema del nombramiento de los Beneficiarios ya lo hemos tratado en ocasiones anteriores. Incluso, se ha hecho énfasis en la meticulosidad con la que proceden hoy en día las Aseguradoras en la designación de los mismos.

 

En este precepto se nos aclara que, aun renunciando a sus derechos como herederos, los beneficiarios designados en la Póliza ahí mencionados, conservarán tal derecho.

 

Artículo 190.- Si el derecho que dimana de un seguro sobre la vida contratado por el deudor como asegurado y beneficiario, debiera rematarse a consecuencia de un embargo, concurso o quiebra, su cónyuge o descendientes podrán exigir con el consentimiento del deudor que el seguro les sea cedido mediante el pago del valor de rescate.

 

El caso del Seguro de Deudor es muy específico, ya que se trata de proteger, en primera instancia, al Acreedor que le ha conferido un Crédito al primero.

 

En este artículo, se menciona al propio Deudor, también en su rol como Beneficiario, pero hay que recordar que éste lo sería, en todo caso, como segundo en orden de preferencia.

 

Ahora bien, el hecho del remate del derecho implícito en un Seguro de Deudor, sería un caso extremo y, ante la brevedad del texto del precepto, en la práctica, todas las partes involucradas (deudor, acreedor, cónyuge y descendientes), con toda seguridad, se verían obligadas a apoyarse en un abogado especialista para hacer valer los derechos ahí consignados.

 

Parece algo complicado, pero si lo hablas antes con tu agente de seguros, él aclarará todas tus dudas.


Acto de amor

 

En anteriores oportunidades hemos mencionado que la contratación de un seguro de vida, equivale a un acto de amor.

 

Primero: para contigo mismo, al reconocerte como ser humano sujeto a todos los riesgos que implica vivir la simple “vida diaria” y que la misma se vea perturbada por alguna eventualidad funesta.

 

Dicen, y dicen bien: “los accidentes no avisan, suceden”.

 

Segundo: para tus seres queridos y, en general, para las personas que dependen económicamente de ti, y a las cuales, de manera normal, tu vienes apoyando a cristalizar sus planes y proyectos. Para que, en tu ausencia, esos planes y proyectos no se trunquen.


Corolario

 

            Ojalá tengas oportunidad de ver la película y te guste, como a mí.

 

            Asimismo, espero que las notas de arriba te sean de utilidad.

 

            Si es así, coméntame.

 

            En casi contrario (se vale), también… coméntame.

 

Finalmente recuerda:

“¡Si eres de los que piensan: no puedo pagar un seguro de vida (o un Seguro de Protección y Ahorro); probablemente lo necesites más que aquellos que si pueden pagarlo!”

 

Apoyemos, reconozcamos y respetemos a nuestros médicos, enfermeras, laboratoristas, camilleros, operadores de ambulancias, personal de intendencia y a todo el gremio de la salud. Ellos trabajan en nuestro beneficio y contra el COVID-19.

29 / octubre / 2024

Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval

Agente Profesional de Seguros

Consultor Fiscal

9991-929563

 
 
 

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