Todo ha ido bien
- Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
- 29 mar 2023
- 4 Min. de lectura
André, Emmanuéle y Pascale (ficción)
André es pianista, famoso en su mejor época.
Amante de la buena vida y de todas las expresiones recreativas y estéticas, también ha sido coleccionista de arte.
Ahora lo vemos postrado en la cama de un hospital, pues ha sufrido un accidente cerebro vascular.
Está separado de su mujer, Claude (artista plástica), madre de sus dos hijas, Emmanuéle y Pascale.
Emmanuéle (novelista destacada), ahora mismo inmersa en su trabajo, recibe la llamada fatal del hospital, por medio de la cual le dan cuenta de lo ocurrido a su padre.
Se precipita de inmediato al nosocomio, y encuentra a su padre con la cara transfigurada: al parecer, ha sobrevivido, de momento, al evento funesto.
En cuanto André está en condiciones de expresarse, aunque con dificultad, el primer deseo que le expresa a Emmanuéle es: “ayúdame a morir”.
Emmanuéle entra en shock ante la petición de su padre y lo deja hablando solo. Al momento, se une Pascale, su hermana, quien también ha sido avisada de lo ocurrido a su padre.
Deshecha ante el inesperado evento, y la todavía más insólita petición de su padre, Emmanuéle se consuela con Pascale, a quien le confiesa no poder acceder a lo que le pide su progenitor. Pascale está de acuerdo con ella, pero en el fondo sabe que André, si algo tiene, es firmeza en sus decisiones y, difícilmente cambiará de opinión.
A ambas hijas las vemos pasar por todo el doloroso proceso ante circunstancias tan extremas: negación, ira, negociación, depresión, resignación.
Ahora tendrán que enfrentar ambas lo que viene. Sobre todo, Emmanuéle, depositaria de la desgraciada decisión de su padre.
Al inmenso dolor, le sigue una cauda de eventos relacionados con eventos ocultos en la vida personal de su padre; la indiferencia (aparentemente inexplicable) de Claude, la madre y expareja; asimismo el desafío que representan las disposiciones legales y, la burocracia, encargada de instrumentarlas.
La vida de toda la familia pierde, en un instante, el equilibrio, quizá precario, sobre el que se sostenía.
Es el momento de enfrentar la realidad y de tomar decisiones difíciles.

Seguro de Vida (realidad)
El contrato de seguro de vida es un contrato de adhesión y de buena fe.
Las aseguradoras, en términos generales, por virtud de este tipo de contrato se obligan a cubrir una indemnización a los beneficiarios señalados en la póliza respectiva, cuando ocurra la eventualidad del fallecimiento del asegurado.
Como todo contrato tiene sus propias particularidades técnicas y, desde luego, como reza el anuncio: “aplican restricciones”.
Por ello es indicado y saludable cuando se ha decidido la contratación de este instrumento de protección para nosotros mismos y para nuestras familias, conocer a detalle los alcances, modalidades, condicionantes y, sobre todo, las restricciones inherentes.
Dentro de las restricciones, ahora hablaremos de lo que ocurriría en caso de un suicidio.
Al respecto, la ley sobre el contrato de seguro dispone en su artículo 197 lo siguiente:
Artículo 197.- La empresa aseguradora estará obligada, aun en caso de suicidio del asegurado, cualquiera que sea el estado mental del suicida o el móvil del suicidio, si se verifica después de dos años de la celebración del contrato. Si el suicidio ocurre antes de los dos años, la empresa reembolsará únicamente la reserva matemática.
Es decir, el evento de un suicidio por parte del asegurado, está cubierto a partir de los dos años de vigencia ininterrumpida de la póliza.
No obstante, si ocurriese antes, la aseguradora no otorgará al beneficiario la indemnización contratada, tan sólo hará entrega de los fondos de reserva que se han ido generando con el pago de las primas respectivas.
Parece algo complicado, pero si lo hablas antes con tu agente de seguros, él aclarará todas tus dudas.

Acto de amor
En anteriores oportunidades hemos mencionado que la contratación de un seguro de vida, equivale a un acto de amor.
Primero: para contigo mismo, al reconocerte como ser humano sujeto a todos los riesgos que implica vivir la simple “vida diaria” y que la misma se vea perturbada por alguna eventualidad funesta.
Dicen y dicen bien: “los accidentes no avisan, suceden”.
Segundo: para tus seres queridos y, en general, para las personas que dependen económicamente de ti, y a los cuales, de manera normal, tu vienes apoyando a cristalizar sus planes y proyectos. Para que, en tu ausencia, esos planes y proyectos no se trunquen.

Corolario
Ojalá tengas oportunidad de ver la película y te guste, como a mí.
Asimismo, espero que las notas de arriba te sean de utilidad.
Si es así, coméntame.
En casi contrario (se vale), también… coméntame.
Finalmente recuerda:
“¡Si eres de los que piensan: no puedo pagar un seguro de vida (o un Seguro de Protección y Ahorro); probablemente lo necesites más que aquellos que si pueden pagarlo!”
Apoyemos, reconozcamos y respetemos a nuestros médicos, enfermeras, laboratoristas, camilleros, operadores de ambulancias, personal de intendencia y a todo el gremio de la salud. Ellos trabajan en nuestro beneficio y contra el COVID-19.
16 / marzo / 2023
Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
Agente Profesional de Seguros
Consultor Fiscal
www.retiroatiempo.com
9991-929563
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