Cilantro y Perejil
- Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
- 31 dic 2024
- 5 Min. de lectura
Susana y Carlos, pareja en su segunda y azarosa década; Nora y Jorge, ella pasante de cineasta, él, roquero de profesión, aspirantes ambos, al matrimonio (ficción).
Susana y Carlos, llevan casi trece años vinculados en matrimonio; tienen dos pequeños hijos (Carlitos y Mariana), producto de su unión. Ahora pasan por momentos difíciles: sus respectivas ocupaciones profesionales (ambos trabajan: ella bibliotecaria, él, arquitecto), han derivado en un abandono paulatino de su relación.
Susana le reclama a Carlos, su alejamiento constante de la vida hogareña, mismo que se traduce en olvido de eventos y fechas familiares importantes.
Carlos, se justifica con el exceso de trabajo, y a su vez, en la necesidad apremiante de obtener recursos económicos que les ayuden a sostener su nivel de vida.
Carlitos y Mariana (la gente menuda de la familia), se percatan de la inminente separación de sus padres. Son presa de la incertidumbre y se preguntan qué pasará finalmente con sus progenitores y, de manera angustiante, qué pasará con ellos mismos.
“… papá, con esto de la separación… ¿tú crees que te volvamos a ver algún día?... “
Nora (hermana de Susana), está a punto de terminar su carrera de Cineasta, y como parte del proceso, se encuentra realizando un documental sobre las relaciones de amor en la pareja. Jorge, es músico y aspirante a roquero.
Jorge quiere dar el siguiente paso en la relación: su unión definitiva. Nora duda ante la incertidumbre que representa la crisis económica para una joven pareja y sus incipientes carreras profesionales.
“…y qué onda…ya les dijiste a tus papás… no, no he podido… ¡no te atreves Nora!... si quieres yo les digo… ¡noooo!... cálmate… ¿de qué vamos a vivir Jorge?... pues… ¡de mis tocadas!... “
A Susana y a Carlos, la vida les plantea una crisis en su matrimonio.
“… ¿por qué se separan las parejas?... en primer lugar, respondo desde mi propio ámbito, el ámbito psicoanalítico…a este gabinete llegan todos los días parejas… me vienen a platicar que han fracasado… que no han conseguido la felicidad… y mi primera pregunta siempre es: ¿deveras querían la felicidad? ... ”
“… ¿por qué se separan las parejas no lo sé… es un misterio… si lo supiera… no iría yo… ¡en mi quinto matrimonio!... “
A Nora y a Jorge, el destino les dicta enfrentar, una grave disyuntiva: un futuro como pareja, o la ruptura terminante.
Ambas parejas, en situaciones distintas, están en una encrucijada: el camino que decidan tomar, marcará, inexorablemente, su vida en el futuro.
“… en el amor siempre hay un proceso de encantamiento… de encantamiento mutuo… cuando se rompe ese encanto, el amor se lastima… y se lastima… casi siempre… de modo definitivo…”
Película mexicana estrenada en 1996, dirigida por Rafael Montero, y con las actuaciones estelares de Arcelia Ramírez, Demián Bichir, Alpha Acosta, Juan Manuel Bernal, Germán Dehesa, así como de Rodolfo Arias, Maya Mishalska, Leticia Huijara, Plutarco Haza, Felipe Colombo y Sherlyn.
Fue galardonada con nueve Premios Ariel (el equivalente mexicano del Premio Oscar), entre ellos: Mejor Película, Mejor director (para Rafael Montero) y Mejor Guion (para Cecilia Pérez Grovas y Carolina Rivera).

Seguro de Vida (realidad)
El contrato de seguro de vida es un contrato de adhesión y de buena fe.
Las aseguradoras, en términos generales, por virtud de este tipo de contrato se obligan a cubrir una indemnización a los beneficiarios señalados en la póliza respectiva, cuando ocurra la eventualidad del fallecimiento del asegurado.
Como todo contrato tiene sus propias particularidades técnicas y, desde luego, como reza el anuncio: “aplican restricciones”.
Este contrato se inscribe en el apartado de Contrato de Seguro sobre las Personas, en el Título III de la Ley Sobre el Contrato de Seguro (LSCS).
Al respecto, podemos leer en sus artículos 193 y 194, lo siguiente:
Artículo 193.- El asegurado que haya cubierto tres anualidades consecutivas, tendrá derecho al reembolso inmediato de una parte de la reserva matemática, de acuerdo también con las normas técnicas establecidas para el caso, las cuales deberán figurar en la póliza.
Como comentamos, al tratar el artículo 191 de la LSCS, a partir del tercer año transcurrido y pagado, por lo regular, la póliza ya ha generado reservas.
Así, el asegurado dispone de la posibilidad de obtener una porción de dichas reservas, a manera de restitución, de conformidad con una Tabla que se incluye en el propio Contrato de Seguro.
Se le conoce como “Rescate”, y el uso de dicha opción, implica la terminación del contrato y, por ende, de cualquier obligación por parte de la Aseguradora.
Artículo 194.- Las pólizas reducidas conferirán asimismo los derechos al rescate de que trata el artículo anterior.
Comentamos en la entrega anterior, la opción que tiene el asegurado (artículo 192) de reducir la suma asegurada de su póliza (monto máximo de indemnización). Ello, ante la imposibilidad práctica de continuar pagando las primas originales respectivas.
El artículo 194, arriba transcrito, nos aclara que, aun reducida la suma asegurada, se conserva para el asegurado, el derecho al Rescate.
Al rescatar, como ya se dijo, el contrato se termina y cesan las obligaciones de indemnización y cualesquier otra para la aseguradora.
Parece algo complicado, pero si lo hablas antes con tu agente de seguros, él aclarará todas tus dudas.

Acto de amor
En anteriores oportunidades hemos mencionado que la contratación de un seguro de vida, equivale a un acto de amor.
Primero: para contigo mismo, al reconocerte como ser humano sujeto a todos los riesgos que implica vivir la simple “vida diaria” y que la misma se vea perturbada por alguna eventualidad funesta.
Dicen, y dicen bien: “los accidentes no avisan, suceden”.
Segundo: para tus seres queridos y, en general, para las personas que dependen económicamente de ti, y a las cuales, de manera normal, tu vienes apoyando a cristalizar sus planes y proyectos. Para que, en tu ausencia, esos planes y proyectos no se trunquen.

Corolario
Ojalá tengas oportunidad de ver la película y te guste, como a mí.
Asimismo, espero que las notas de arriba te sean de utilidad.
Si es así, coméntame.
En casi contrario (se vale), también… coméntame.
Finalmente recuerda:
“¡Si eres de los que piensan: no puedo pagar un seguro de vida (o un Seguro de Protección y Ahorro); probablemente lo necesites más que aquellos que si pueden pagarlo!”
Apoyemos, reconozcamos y respetemos a nuestros médicos, enfermeras, laboratoristas, camilleros, operadores de ambulancias, personal de intendencia y a todo el gremio de la salud. Ellos trabajan en nuestro beneficio y contra el COVID-19.
30 / diciembre / 2024
Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
Agente Profesional de Seguros
Consultor Fiscal
9991-929563
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