El Riesgo y cómo enfrentarle (realidad)

Hemos hablado mucho ya, de que el Contrato de Seguro es un contrato de buena fe, por medio del cual, la Aseguradora se obliga a resarcir o indemnizar al Asegurado, cuando, ante la ocurrencia de una eventualidad, se vea menoscabado su patrimonio o su persona.

Esa eventualidad (algo que puede o no ocurrir) es, precisamente, el Riesgo.

Luego entonces, el Riesgo (cubrirlo) es el objeto principal del Contrato de Seguro.

De manera más precisa, son las consecuencias que acarree la materialización del Riesgo, el principal motivo de la celebración de un Contrato de Seguro.

En términos llanos, la razón de adquirir una Póliza de Seguro, es cubrirse ante la realización del riesgo, transfiriendo el costo económico de sus posibles consecuencias funestas a un tercero: la aseguradora.

Ahora bien, te has preguntado: ¿qué otras formas existen de enfrentar el Riesgo?

O, planteado, de otra manera, ¿qué haríamos si no existiesen las aseguradoras?

Veamos:

1.- La actitud más común es la que, casi todos, practicamos a diario, y consiste en enfrentar el Riesgo nosotros mismos: con nuestros propios recursos personales, económicos y materiales.

Se llama asumir.

2.- Cuando ante la posibilidad de la ocurrencia o materialización de un evento funesto, procedemos a tomar medidas, de manera anticipada, para amortiguarlo o minimizarlo.

Se llama prevenir.

3.- Si decidimos dejar de hacer algo que, a nuestro juicio, resulte peligroso o expuesto.

Se llama evitar.

4.- Si, en el extremo, pensamos que cualquier posibilidad de la ocurrencia de eventos desafortunados, siempre les pasará a otros (no a nosotros) y, siguiendo esa lógica, decidimos hacer nada.

Se llama ignorar.

El común denominador de las actitudes o formas anteriores de enfrentar el Riesgo (sus consecuencias funestas) es, al final de cuentas, la idea de que nosotros mismos, y sólo nosotros mismos, saldremos adelante de cualquier acto funesto que nos ocurra.

Te platico todo esto, básicamente, por tres razones:

1/a.- El Riesgo existe, y sus consecuencias cuestan dinero,

2/a.- Estrictamente, sólo hay que decidir quién paga: tú, tu familia, o un tercero.

Ese tercero, puede ser… sí… adivinaste… ¡la aseguradora!

Su especialidad es el RIESGO, y

3/a.- La principal: moverte a la reflexión sobre nuestras actitudes ante el Riesgo.

Y tú… de las actitudes ante el riego antes mencionadas…

¿Cuál usas o practicas más?

Cuando Harry conoció a Sally/ When Harry Met Sally (ficción)

Harry, es un joven ambicioso y alegre que vive en Chicago. Ahora, parte al norte para estudiar su carrera profesional y, construir un futuro que avizora promisorio. Sally, a su vez, es joven también, sin embargo, de carácter más reposado, igual, va al norte, pues quiere estudiar periodismo.

Harry ya se ha imaginado como será su vida, una vez concluida la carrera profesional: un buen trabajo, bien remunerado, su propio departamento en la capital del mundo y, al lado de “la mujer de su vida”.

Considera saber todo acerca del amor, aunque en realidad, sus experiencias se han limitado a algunas cuantas relaciones efímeras.

No obstante, afirma con voz de experto, que “entre un hombre y una mujer, no puede existir la amistad, pues siempre se interpondrá el deseo sexual que es inherente”.

Sally, profesionalmente, no tiene la menor duda de que el periodismo le brindará las satisfacciones económicas a que aspira, pero, sobre todo, le hará sentirse gratificada con su elección y con su trabajo.

En el amor, Sally no presume, aunque ha tenido sus experiencias, prefiere pensar que el camino más corto a la felicidad, es una relación duradera y, para ello, está dispuesta a “caminar”, antes que a “correr”.

Sally, aún no sabe cómo será su porvenir, pero sí sabe cómo no quiere que sea: inestable.

Así, una eventualidad, reúne a estos dos personajes tan diferentes: la novia en turno de Harry… es amiga de… ¡Sally! 

Cuando Harry le anuncia a su novia que parte a Nueva York para estudiar su carrera, no tiene inconveniente en ponerle en contacto con su amiga Sally, quien también viajará al mismo destino y con el mismo propósito.

Mejor solución no podría haber: compartir gastos y acompañarse en un largo trayecto en auto (el de Sally) hasta Nueva York.

Dieciocho horas de camino, alternando turnos para manejar, y sólo con las estrictas paradas para abastecerse de gasolina, alimentarse y otros menesteres, les bastan a Harry y a Sally, para afirmar sus diferentes enfoques de la vida y del amor.

Ante conclusión tan contundente, cuando arriban a Nueva York, no les queda si no despedirse y desearse mutuamente la mejor vida, cada quien… ¡por su lado!

“Entonces, seguro no seremos amigos. Es una lástima, pues eres la única persona que conozco en Nueva York”.

Lo que ignoran Harry y Sally es que, el destino, tan caprichoso, en los próximos diez años les volverá a reunir… a separar… a reunir de nuevo y así… hasta…”.

Película estadounidense, filmada en 1989, nominada al premio Oscar, en la categoría de mejor guion escrito para la pantalla en la persona de Nora Ephron. Ganadora en la misma categoría, en los Premios BAFTA (el equivalente británico del Oscar). Dirige Rob Reiner. Actúan en los papeles principales: Billy Cristal, Meg Ryan, Carrie Fisher, y Bruno Kirby.

Acto de amor

En anteriores oportunidades hemos mencionado que la contratación de un seguro de vida, equivale a un acto de amor.

Primero: para contigo mismo, al reconocerte como ser humano sujeto a todos los riesgos que implica vivir la simple “vida diaria” y que la misma se vea perturbada por alguna eventualidad funesta.

Dicen, y dicen bien: “los accidentes no avisan, suceden”.

Segundo: para tus seres queridos y, en general, para las personas que dependen económicamente de ti, y a las cuales, de manera normal, tú vienes apoyando a cristalizar sus planes y proyectos. Para que, en tu ausencia, esos planes y proyectos no se trunquen.

Corolario

            Ojalá tengas oportunidad de ver la película y te guste, como a mí.

            Asimismo, espero que las notas de arriba te sean de utilidad.

            Si es así, coméntame.

            En casi contrario (se vale), también… coméntame.

Finalmente recuerda:

“¡Si eres de los que piensan: no puedo pagar un seguro de vida (o un Seguro de Protección y Ahorro); probablemente lo necesites más que aquellos que si pueden pagarlo!”

Apoyemos, reconozcamos y respetemos a nuestros médicos, enfermeras, laboratoristas, camilleros, operadores de ambulancias, personal de intendencia y a todo el gremio de la salud. Ellos trabajan en nuestro beneficio y contra el COVID-19.

28 / noviembre / 2025

Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval

Agente Profesional de Seguros

www.retiroatiempo.com

gonzalomiguel@hotmail.com

9991-929563