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Matar a un ruiseñor (To kill a Mockingbird)

  • Foto del escritor: Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
    Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval
  • 27 nov 2023
  • 5 Min. de lectura

Atticus Finch; Scout y Jeremy Finch; Tom Robinson (ficción)


Atticus Finch es un abogado de esos que ya no existen.


Comprende el ejercicio de la abogacía como un apostolado: como una forma de alcanzar la justicia, por la vía del Derecho; darle a cada quien lo que le corresponde; como un modo de equilibrio en las relaciones humanas; como la salvaguarda de la convivencia en sociedad.


Así, no hace distinciones de ninguna clase cuando se decide a tomar un caso: es igual si atiende a un rico que a un pobre; a un instruido, que a un lego; a una persona de raza blanca o, a uno de piel obscura.


Vive en un poblado del estado de Alabama (USA) junto con sus dos pequeños hijos: Scout y Jeremy (Jem), de seis y diez años respectivamente.


Son los años de la gran depresión económica en Norteamérica, ocurrida en 1929 y que se extendió gran parte de la década de los años treinta del siglo pasado.


También, son los años del racismo latente, sobre todo en los estados sureños de la unión americana; especialmente hacia la población afrodescendiente.


Tom Robinson es un campesino humilde, de piel obscura, que es acusado de violar a una mujer blanca.


Va a ser juzgado, pero en medio de intentos de linchamiento, por parte del padre de la chica presuntamente violada, así como de sus familiares y amigos.


Ningún abogado en el pequeño poblado quiere tomar su defensa, sabedores de que serán señalados, de antemano, por la ciudadanía blanca y, eventualmente, se ejercerán represalias en su contra por el sólo hecho de asumir el caso.


El juez local, preocupado porque se respeten el debido proceso y el derecho a la defensa del indiciado, le pide (como favor especial) a Atticus que asuma el rol de abogado defensor de Tom.


Atticus acepta, sabedor de que se pone en riesgo y coloca en la misma posición a sus pequeños hijos.


La niña Scout y el niño Jem, son objeto de agresiones por parte de sus condiscípulos, quienes les repiten con escarnio: “tu padre es un defensor de negros”.


Entonces le preguntan a Atticus “¿por qué tienes que ser tú el defensor de Tom?”, a lo que les responde:


“… Por varias razones, pero principalmente, para poder mantener en alto mi cabeza en este pueblo, y verlos a los ojos a ustedes todos los días …”


Atticus es, además, enemigo de toda clase de violencia, incluyendo el uso de las armas.


Cuando sus hijos le cuestionan acerca de la primera vez que tuvo un arma entre sus manos, él les refiere que fue su padre quien se la entregó, con la siguiente advertencia:


¡Nunca la uses para matar a un Ruiseñor!”



Película ganadora de tres Premios Oscar en el año 1962: el de mejor actor, para Gregory Peck; mejor guión (Horton Foote), y el de mejor dirección de arte, para Alexander Golitzen, Henry Bumstead, y Oliver Emert.


De la misma forma, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la ha considerado “cultural, histórica y estéticamente significativa” y, por tanto, seleccionada para su preservación.


Seguro de Vida (realidad)


El contrato de seguro de vida es un contrato de adhesión y de buena fe.


Las aseguradoras, en términos generales, por virtud de este tipo de contrato se obligan a cubrir una indemnización a los beneficiarios señalados en la póliza respectiva, cuando ocurra la eventualidad del fallecimiento del asegurado.


Como todo contrato tiene sus propias particularidades técnicas y, desde luego, como reza el anuncio: “aplican restricciones”.


Este contrato se inscribe en el apartado de Contrato de Seguro sobre las Personas, en el Título III de la Ley Sobre el Contrato de Seguro (LSCS).


Al respecto, podemos leer en su artículo 168 lo siguiente:


Artículo 168.- El contrato de seguro para el caso de muerte, sobre la persona de un menor de edad que no haya cumplido los doce años, o sobre la de una sujeta a interdicción, es nulo. La empresa aseguradora estará obligada a restituir las primas, pero tendrá derecho a los gastos si procedió de buena fe.

En los seguros de supervivencia sobre las personas a que se refiere este artículo, podrá pactarse la devolución de las primas para el caso de muerte.



De acuerdo al Código Civil Federal (artículo 450) tienen incapacidad legal y natural, los menores de edad.


Asimismo, la tienen, los mayores de edad en los siguientes casos:


a).- Disminuidos o perturbados en su inteligencia,


b).- Que padezcan alguna afección originada por enfermedad o deficiencia persistente de carácter físico, psicológico o sensorial,


c) Aquellos que padezcan adicción a sustancias tóxicas (alcohol, psicotrópicos o estupefacientes).


Todo lo anterior, siempre que dichas causales provoquen su incapacidad para gobernarse y obligarse por sí mismos, o manifestar su voluntad por algún medio.


Claramente, se establece en el artículo 168 de la LSCS, para estos casos, la NULIDAD del contrato de seguro, quedando obligada la aseguradora a devolver las primas respectivas, pero, pudiendo recuperar los gastos en que haya incurrido.


Si lo que se contrata es un Seguro de Supervivencia, pero sobreviene la muerte del asegurado, antes del término del plazo convenido, también se pactará la devolución de las primas pagadas.


Un ejemplo de este último caso, lo constituyen los llamados “Seguros Educativos”, por medio de los cuales se genera un ahorro (a determinado plazo) que permita enfrentar los gastos para los estudios superiores del asegurado menor.



Parece algo complicado, pero si lo hablas antes con tu agente de seguros, él aclarará todas tus dudas.

Acto de amor


En anteriores oportunidades hemos mencionado que la contratación de un seguro de vida, equivale a un acto de amor.


Primero: para contigo mismo, al reconocerte como ser humano sujeto a todos los riesgos que implica vivir la simple “vida diaria” y que la misma se vea perturbada por alguna eventualidad funesta.


Dicen, y dicen bien: “los accidentes no avisan, suceden”.


Segundo: para tus seres queridos y, en general, para las personas que dependen económicamente de ti, y a las cuales, de manera normal, tu vienes apoyando a cristalizar sus planes y proyectos. Para que, en tu ausencia, esos planes y proyectos no se trunquen.

Corolario


Ojalá tengas oportunidad de ver la película y te guste, como a mí.


Asimismo, espero que las notas de arriba te sean de utilidad.


Si es así, coméntame.


En casi contrario (se vale), también… coméntame.


Finalmente recuerda:

“¡Si eres de los que piensan: no puedo pagar un seguro de vida (o un Seguro de Protección y Ahorro); probablemente lo necesites más que aquellos que si pueden pagarlo!”


Apoyemos, reconozcamos y respetemos a nuestros médicos, enfermeras, laboratoristas, camilleros, operadores de ambulancias, personal de intendencia y a todo el gremio de la salud. Ellos trabajan en nuestro beneficio y contra el COVID-19.

21 / noviembre / 2023

Gonzalo Guillermo Miguel Sandoval

Agente Profesional de Seguros

Consultor Fiscal

www.retiroatiempo.com

9991-929563

 
 
 

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